miércoles, 25 de julio de 2012

Planteamiento


Una vez más, pretendo aproximarme a la literatura fantástica sin prejuicios, de frente, con la intención de experimentar a nivel narrativo y formal, de definir bien a ocho protagonistas y construir una trama a modo de estructura perfectamente articulada: paradojas temporales, perspectivismo, monólogo interior y, por encima de todo, una vuelta de tuerca al género.
            De este modo, mis referentes, más que literarios, son audiovisuales: Chronicle (2011, Josh Trank), My Own Private Idaho (1991, Gus Van Sant), Misfits (2009, Howard Overman), Els nens salvatges (2012, Patricia Ferreira)… con el objetivo de aproximar la narración fragmentaria al consumo habitual de los jóvenes (Youtube, blogs, revistas especializadas), esto es, hacer de la intertextualidad el lenguaje formal y de contenido con el que se compone Los siete eternos. También, cómo no, dar una imagen veraz de la juventud y adolescencia contemporánea, alejada del buenismo predominante en la gran mayoría de literatura juvenil en la que los lectores puedan verse reflejados de forma honesta.

martes, 27 de marzo de 2012

El párrafo inicial

La mañana en que cambió sus vidas, ese día, a la misma hora. aún no se conocían. La visita del extraño a quien llegarían a deber la vida supuso un antes y un después en sus destinos, pero sobre todo un punto de inicio en la misión que se les había encomendado, cuando aún no sabían quién la había dictado, cuando ni siquiera yo sabía quién les estaba obligando a asumir ese riesgo.

sábado, 17 de marzo de 2012

Ad eternum


Ahora que he terminado El Desencantador, es hora de emprender nuevos retos literarios. Por supuesto, ahí están Queridos niños y Pudor es una palabra antigua, pero son dos libros que necesitan maduración, lecturas, correcciones... en definitiva, mucho tiempo. Dado que escribo todos los días, me gusta contar con proyectos a largo plazo que me proporcionan estabilidad. Quiero decir con esto que no es lo mismo ponerse a escribir sin dirección establecida, improvisar, o seguir el texto donde lo dejaste el día anterior.
      Cuando me puse con El Desencantador a finales de diciembre, pensé en tal vez comenzar una saga de literatura fantástica. Sólo necesitaba aportar algo de mitología a la novela, y me puse a ello. De hecho, todo el trecho final de la aventura de Damián consiste en mitología, fuerzas superpuestas, Historia de su mundo. Como ya he establecido el origen de todo ello, sólo queda darle forma a una nueva historia dentro del universo que creé en la novela original.
      La verdad es que llevo varios días madurando la idea y empieza a tener sentido, y promete tener mucha fantasía, algo de ciencia-ficción, superpoderes... muy de género, sí, aunque intuyo el drama. Estoy creando a los personajes poco a poco, prefiero no apresurarme, y empiezo a barajar conceptos y títulos futuribles: Eternos o Los siete eternos. Algo así. Naturalmente, se trata otra vez de literatura juvenil, así que los protagonistas serán adolescentes, en principio siete o ocho, de modo que me toca definir muy bien sus personalidades. Las referencias a El Desencantador serán prácticamente nulas, o en su defecto harán referencia a la mitología de la que hablo, no a Damián y compañía, ni a lo que él ha vivido, salvo muy tangencialmente. La idea es, en caso de retomar a Damián, hacerlo en otro libro de esta saga, de modo que conecten los dos primeros. No sabía que esto de la fantasía era tan entretenido: crear mi propio Buffyverso bien de drama.